En relación con el referente interactivo que expliqué en la entrada anterior, tendré que decir, que la adaptación de una persona en el entorno social en el que tiene que vivir, depende en gran parte de su proceso de socialización.
Comenzaré definiendo el término socialización.
Llamamos “socialización” al proceso por el cual el individuo acoge los elementos socioculturales de su ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse en la sociedad.
Por tanto, podremos decir que la socialización garantiza la reproducción cultural y la interiorización de las costumbres, patrones de conducta y formas de vida de la sociedad a la que el individuo pertenece.
Podemos distinguir varios tipos de socialización:
- Socialización primaria: Se corresponde con el inicio en las formas sociales de comportamiento y tiene lugar en contacto con la familia mayormente. Además, cabe destacar, que de problemas en el contexto familiar se derivan los demás problemas.
- Socialización secundaria: Se corresponde con la incorporación del individuo a un nuevo grupo de iguales y con la interiorización de las normas y valores de una nueva institución. Se da a lo largo de toda la vida. Ejemplo: reciclaje laboral, incorporación a la escuela, etc.
- Socialización terciaria: Se corresponde con la reincorporación del sujeto en un grupo tras un período de conducta antisocial. La socialización terciaria o resocialización, se da si la socialización primaria o secundaria no se ha hecho bien. Si una etapa de socialización no se ha realizado bien, la alarma puede saltar en el individuo años más tarde. El período de resocialización consiste en “desaprender lo aprendido”.
Volviendo al referente interactivo, y a nuestro objeto de intervención, habrá que decir, que desde nuestra profesión, para que un sujeto se convierta en objeto de intervención, será necesario que se produzca una conducta antisocial objetiva, cosa con la que no estoy de acuerdo.
Por ejemplo, el problema de género es un problema que normalmente se manifiesta de forma no conflictiva, por lo que no se considera objeto de intervención. Sin embargo, un problema de género en un proceso de resocialización, se interviene cuando por ello se produce una conducta antisocial objetiva, sin tener en cuenta que quizás otras mujeres viven en situación de conformismo pasivo o de retirada y retraimiento.
Además, hay que destacar, que es frecuente también que se salte directamente de una situación de conformismo pasivo a una situación de conducta antisocial objetiva. Este puede ser el caso por ejemplo de un niño que ha sido maltratado durante su infancia pero que ha seguido una vida normal, conformándose con la situación que le ha tocado vivir; y de repente se convierte en maltratador (conducta antisocial objetiva).
Aquí os dejo un vídeo, en el que se muestra cómo la cárcel es una de las instituciones que persigue la resocialización del individuo. Por tanto, busca que el individuo “desaprenda lo aprendido”, y que aprenda a realizar nuevas actividades que le permitan acceder a nuevos grupos sociales y salir de la desadaptación.