Siguiendo entradas anteriores, y a partir de leer a Guasch y Ponce, me detendré a explicar las reformulaciones más recientes sobre la desadaptación social.
En primer lugar, es necesario destacar, que actualmente se están produciendo una serie de reformulaciones del modelo cognitivo para la rehabilitación.
Así, Adrews y Bintan (1994), defienden que hay una serie de factores sobre los que hay que incidir para disminuir los comportamientos antisociales (siempre teniendo en cuenta los factores cognitivos). Entre estos factores encontramos:
- Cambiar actitudes y sentimientos antisociales
- Promover la satisfacción familiar hacia el miembro conflictivo
- Promover la identificación o asociación con modelos prosociales y desarrollar habilidades prosociales.
- Valorar los resultados de conductas adaptadas
- Cambiar atributos o circunstancias del sujeto que se presentan unida a la conducta conflictiva
- Promover la comunicación y el afecto con la familia
- Favorecer que el sujeto sea capaz de reconocer las situaciones de riesgo y de enfrentarse adecuadamente a dichas situaciones.
Una vez señaladas las principales características, tendré que decir, que estos autores tienen una manera de ver la desadaptación que está ubicada en la culpabilización del individuo desadaptado, y no del ambiente, por lo que creo que realmente son muy cuestionables.
Si nos paramos a tender a la perspectiva legal relacionada con los fenómenos de inadaptación social, tenemos que indicar que la normativa en cuestión, se caracteriza por una alta caducidad, es decir, por cambiar constantemente influida por la ideología imperante en el gobierno del momento.
Sin embargo, hay que destacar, que por encima de la normativa estatal, prevalece la normativa Internacional (que goza de mayor estabilidad), entre la que encontramos documentos como: la Convención de derechos humanos y libertades fundamentales, la Carta social europea, el Pacto internacional de los derechos civiles y políticos, o la Convención de los derechos del niño, entre otros.
Por otro lado, creo necesario destacar la importancia del esquema para el planteamiento de la intervención socioeducativa, que nos orienta sobre cómo debemos intervenir con colectivos inadaptados. Este esquema se compone de varias partes:
- Elementos previos al diseño del programa: Antes de iniciar la intervención, debemos conocer una serie de cosas como son:
o Los factores condicionantes de diseño y desarrollo, es decir, conocer desde donde se parte (geográfica, socialaboralmente, etc) y cómo es nuestra organización.
o El punto de partida y origen de las propuestas de intervención
o Otros elementos condicionantes.
- Análisis de la realidad. Debe incluir:
o Elementos contextuales (entorno físico, familiar, educativo, laboral, etc)
o Elementos personales (factores de riesgo o predisposición, aspectos actitudinales, aspectos cognitivos, etc)
- Valoración o diagnóstico
- Formulación de las hipótesis de intervención
- Diseño de la intervención socioeducativa, dentro de la cual se deben incluir los siguientes puntos:
o Objetivos
o Estrategias, técnicas y actividades (contenidos y metodología)
o Recursos y presupuesto
- Evaluación: Debemos tener en cuenta si se han conseguido los objetivos marcados, y cuáles son los principales errores que se han cometido a la hora de llevar a cabo la intervención
Si me detengo a dar mi opinión, tengo que destacar, que desde mi punto de vista, el educador social a la hora de intervenir siempre estará limitado, ya que, siempre tendrá que acogerse a multitud de factores, como el tiempo o los recursos disponibles. Así, nuestra intervención siempre dependerá del contexto en el que nos encontremos.
Además, me gustaría resaltar la importancia de la elaboración de hipótesis, que desde mi punto de vista puede ayudar a dar credibilidad de nuestro trabajo, y a desviarnos de la tendencia que muchas veces tenemos de partir de creencias estereotipadas.
Por tanto, en conclusión, pienso que aunque este modelo puede servirnos de esquema a la hora de intervenir con una persona o colectiva inadaptado, ninguna intervención puede ser igual, ya que como educadores sociales, debemos tener en cuenta las individualidades de los sujetos con los que trabajamos, y adaptar la intervención al contexto en el que nos situamos.
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